Partiendo de la base de que dejar de fumar porros no es fácil, vamos a desvelar las particularidades de la adicción al cannabis y cómo afrontar un proceso de desintoxicación. Como en el resto de adicciones, sólo tú puedes lograr la rehabilitación. Aunque con una metodología probada y la ayuda de profesionales las posibilidades de éxito mejoran considerablemente a la hora de dejar los porros.
En este artículo te vamos a dar unas bases teóricas que pueden servirte de apoyo. De esta forma, si tu adicción no es severa y tienes fuerza de voluntad, puedes dejar el cannabis por tu cuenta. Pero recuerda que, si no lo consigues de forma autónoma, siempre puedes contar con profesionales especializados en el tratamientos de adicciones.
Factores a tener en cuenta antes de reducir el consumo de cannabis
Es importante que tomes una serie de medidas antes de dejar de fumar porros para aunetar las posibilidades de éxito.
Establece una estructura en tu día día que sea lo más parecido a una rutina
Si fumas mucho cannabis, es probable que tu vida esté un poco desorganizada. Puede que duermas a horas irregulares, no comas adecuadamente y descuides cosas como los estudios o el trabajo. Si quieres reducir o dejar de fumar, es muy útil recuperar algo de estructura en tu vida primero.
Haz la cuenta de cuánto estás consumiendo
Es importante entender tu consumo de cannabis antes de empezar a reducirlo. Puedes hacer esto llevando un simple diario de consumo de en tu teléfono o en una pequeña libreta.
Reflexiona sobre cómo el cannabis está afectando tu vida
Haz una lista de las cosas importantes para ti en este momento: personas, comidas, lugares, pertenencias, planes…. Cualquier cosa que te haga sentirte bien, pero alejado del consumo de marihuana. Una vez tengas la lista, analiza cómo afecta el cannabis a estos pequeños placeres. Por ejemplo, si te gusta la montaña pero desde que fumas te da pereza ir.
Decide qué harás en lugar de fumar
La mejor manera de deshacerte de viejos hábitos es intercambiarlos por nuevos. Repasa la lista de cosas que te gusta hacer y planifica en qué cosas vas a emplear el tiempo que pierdes mientras estás bajo los efectos de las drogas.
Plantéate objetivos pequeños y realistas como tu primer paso. Por ejemplo, y volviendo al caso de la montaña, no pretendas subir el Everest el primer día, porque va a ser imposible y te va a desmotivar. Confórmate con una ruta suave cerca de tu casa, que esté a tu alcance y, sobre todo, que te motive.
En el momento en que empiezas a reducir el consumo
Aquí vas a tener los primeros problemas. Los antojos van a aparecer y vas a tener que lidiar con ellos.
Una primera recomendación, si has decidido que ya no vas a fumar, es no tener acceso al hachís. Borra teléfonos y tira todo lo que tengas.
Si, en cambio, has decidido que la reducción del consumo sea progresiva, utiliza la técnica de retrasar y distraer. Si te entran ganas de fumar, retrasa el momento de hacerlo. Hazte un plan de consumo máximo y trata de reducirlo. Si, por ejemplo, el plan te permite fumar a las 17:00, intenta alargar el momento de encender el porro. Verás que es fácil y satisfactorio ver que puedes aguantar 5 minutos más, y otros 5, y así sucesivamente. Distrae tu mente con otras cosas: un vídeo, una ducha relajante, cocina, ordena, limpia…La idea es que vayas trabajando en tu mente el concepto de “no lo necesito”.
Los antojos son como olas, que alcanzan un pico y luego se desvanecen. Trata de retrasar el momento de consumir mientras estás en el pico y espera a que el antojo desaparezca mientras haces algo que te mantenga entretenido o entretenida.
Supera los momentos difíciles
Dejar de fumar porros tiene momentos complicados. Además de los antojos, las personas que fuman regularmente a menudo se sienten deprimidas si no consumen durante un tiempo. Esto se debe a que, cada vez que consumes cannabis, tu cerebro libera una hormona “feliz” llamada dopamina. Por tanto, tu cerebro empieza a depender de su dosis regular de cannabis para producir dopamina y deja de producirla naturalmente por sí solo.
Estos bajones post-cannabis suelen durar entre cuatro a diez días y no suelen tener mayores consecuencias que el riesgo de recaída. Pero también es posible que experimentes otros síntomas de abstinencia. Entre ellos, los más comunes son dificultad para dormir, sueños extraños, irritabilidad (y a veces agresividad), inquietud, deseo de consumir.
Intenta superarlos sin encender otro porro y, para ello, recurre a las técnicas de retrasar y distraer.
No pasará mucho tiempo antes de que tu cerebro vuelva a producir dopamina de forma natural y te sientas mejor. Además, verás que recuperas la memoria, mejoras tus capacidades intelectuales, recuperas la vida social… Todo esto es lo que te va a hacer darte cuenta de todo lo que te quita el cannabis, e incrementará las posibilidades de éxito al dejar de fumar porros.
Si no lo consigues por tu cuenta, busca apoyo para dejar de fumar porros
Busca apoyo. Es más fácil reducir o dejar el cannabis si cuentas con apoyo. Acude a las personas en quien confías y pide ayuda. Puede ser un familiar, amigo, profesor o compañero de trabajo. Pero si ya has fracasado en más de un intento, tal vez sea el momento de ponerte en manos de profesionales para dejar definitivamente el consumo de marihuana.